Después de estos días de fiesta intensa y actividad frenética, entre compras, cenas, citas con amigos y carreras para que no te falte de nada, llega el momento de intentar levantarte con buena cara y recuperar el color y la mirada que te hacen sentir bien. A veces es tan sencillo como seguir unos consejos muy fáciles de cumplir, sobre todo, si los incorporas a tu rutina

Cumplir con las rutinas adecuadas, utilizar productos específicos de noche y contar con una ambiente propicio para el sueño pueden favorecer una piel radiante por la mañana.

Cumple tus rutinas

Las rutinas para la piel antes de irnos a dormir son las que más pereza dan, porque la tentación de saltárselas es inmensa. Sin embargo, los cuidados nocturnos son muy importantes y difieren de los matinales, sobre todo en la limpieza. La piel durante el día se ha ensuciado muchísimo con la contaminación, el polvo, los ambientes cerrados… Si después de limpiarla añadimos una crema de noche mucho mejor, porque vamos a ayudar a la piel en el proceso de renovación. Por la mañana hay que hidratar y proteger, por la noche nutrir y reparar.

Ingredientes nocturnos

Intenta que esos tratamientos incluyan los principios activos indicados para la noche, que los hay: Son todos los fotosensibles, los ácidos en general, glicólico, ascórbico, retinoico, hidroquinona… Aunque cada vez las presentaciones son menos agresivas, es preferible utilizarlas sólo por la noche, además van a cumplir mejor su función de renovación, que es para lo que están indicados.

Adapta tus tratamientos

La rutina de cuidados de belleza debe cambiar según las necesidades. El doctor Christian Chams, especialista en Dermatología, Farmacología y Bioquímica, y médico de las celebrities como Sharon Stone, Demi Moore o Catherine Deneuve, recomienda un tratamiento de vitaminas con el cambio de estación, “especialmente en primavera para aplicar muchos antioxidantes que prevengan los efectos nocivos del sol”.

Duerme suficientes horas

Sabemos que no siempre es fácil arañar horas a nuestras apretadísimas agendas pero dormir lo suficiente es bueno no solo para nuestra salud mental, también para nuestro organismo y para resetear nuestro cerebro. Por supuesto, también para nuestra piel. Si dormimos menos de siete horas al día nuestra piel puede parecer que no tiene vida, sin luminosidad y con las líneas de expresión excesivamente marcadas.

Sonará a ‘perogrullada’, pero la recomendación esencial para levantarse con buena cara es haberse acostado… y haberlo hecho el tiempo suficiente. “La necesidad de sueño es variable aunque la mayoría de los adultos jóvenes necesitan dormir una media de 7 u 8 horas. No obstante hay patrones de sueño cortos, en los que el sujeto se siente descansado sólo con 5 horas, y largos, en los que la persona necesita 10 horas para la reparación. Cada persona debe cumplir su «cuota» para sentirse reparado”, dice el doctor Hernando Pérez, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología.

¿Si duermes menos te levantarás más fea? Pues lo cierto es que la calidad del sueño en la piel influye de manera muy importante. Si el descanso es escaso se impide la hidratación y renovación celular, y como resultado la piel se verá apagada y más sensible a factores de estrés o la aparición de eczemas.

Crea un ambiente adecuado

Y para dormir lo suficiente y levantarse con una piel radiante debemos trabajar en crear un ambiente que facilite el sueño y  la desconexión (luz, ruidos). ¡No esperes hasta el último momento para apagar el móvil! Hazlo antes y aprovecha para despedirte en tus redes sociales hasta mañana.

Menos bolsas

Hay quien piensa que si duerme boca abajo evitará la aparición de las bolsas de los ojos, pero lo cierto es que no influye para nada. Si tenemos tendencia a la retención de líquidos, si ya hemos cumplido algunos años, si llevamos una mala alimentación, con exceso de sal sobre todo… las bolsas aparecerán. La única solución es dormir lo suficiente, llevar una vida sana, no tomar cenas con exceso de sal (embutidos por ejemplo), limitar el tabaco y consumo de alcohol y utilizar cremas que favorezcan el drenaje del tejido periocular.

Despídete de la sal

Baja la ingesta de sal, especialmente a la hora de la cena. Alimentos como las aceitunas, el atún y, por supuesto los chips. Aumenta la retención de líquidos si los consumes y tus ojeras lo notarán. Recuerda que más de 1.500 miligramos de sodio pueden provocar presión arterial alta y es lo que provoca que el colágeno de nuestra piel se debilite. De hecho si comes alimentos muy salados es muy probable que aparezcan arrugas en las bolsas de los ojos, en la zona de las ojeras y alrededor de los ojos. Levantarte con buena cara será más fácil si pones menos sal en tu mesa.