Pesadez, malestar general, piernas, tobillos y/o abdomen más hinchados de lo habitual, pueden ser síntomas originados por la retención de líquidos en el organismo. Muchas veces están acompañados con un aumento de peso debido a la acumulación de líquidos en el cuerpo. Este problema es más habitual en las mujeres que en los hombres, debido a los cambios hormonales entre otras causas.
La hidropesía o retención de líquidos no es una enfermedad en sí misma, pero sí que puede ser el síntoma de otra dolencia.
Algunos de los factores que pueden provocarla son:
Una dieta con exceso de sal, picantes, alcohol y alimentos procesados (cuidado con la comida china y el glutamato sódico contenida en ella).
Alteraciones hormonales (ciclos menstruales, embarazo, climaterio, menopausia).
Algunos problemas hepáticos, cardiacos o renales.
El uso de algunos medicamentos.
Utilizar ropa demasiado ajustada que empeora la circulación.
Una vida muy sedentaria.
Permanecer muchas horas de pie.
Con un tratamiento adecuado se puede solucionar este problema. (Es aconsejable visitar un médico para que determine el origen del trastorno y determine el tratamiento a seguir).
Si la retención de líquidos es transitoria o está producida por causas externas, bastará con unos cambios en la dieta y en los hábitos diarios para recuperar los niveles óptimos de líquido en el organismo.
La fitoterapia también pueden ayudar a eliminar líquidos retenidos. Algunas de las plantas más recomendadas son: el diente de león, cola de caballo, fumaria, té de java (ortosifon), saúco, té verde y té rojo.
Las pautas dietéticas a seguir para prevenir la retención de líquidos son:
Reducir la sal y los alimentos que la contengan en gran cantidad: conservas, ahumados, quesos (excepto los quesos sin sal) embutidos, curados, pastillas de caldo, sopas y purés comerciales, galletas saladas, biscotes y pan con sal, etc.
Aumentar el consumo de verduras y frutas, (5 raciones diarias), intentando incluir alimentos diuréticos como el espárrago que contiene esparraguina, un alcaloide que mejora el funcionamiento del riñón. Otros vegetales diuréticos son los tomates (ricos en vitamina C) y lechugas (que aumentan el metabolismo). El ajo, la cebolla, el apio, la achicoria, el jugo de limón, la piña, el melón y las fresas también contribuyen al correcto funcionamiento del sistema urinario y a evitar la retención de líquidos.
Es preferible optar por los hidratos de carbono complejos integrales (cereales en forma de copos, pan, pasta).
Beber al menos 8 vasos de agua (a poder ser fuera de las comidas).
Por otra parte, realizar alguna actividad física diaria os ayudará a activar la circulación, a eliminar toxinas y líquidos.
¿Y vosotros? ¿Vuestro organismo retiene más líquidos de lo habitual? ¿Os acostáis por la noche más pesados que por la mañana?
Fuente: vivirbienesunplacer.com
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