Con la radiofrecuencia facial dirás adiós a las arrugas. Es el lifting sin cirugía. Pero, ¿es peligrosa? ¡Resolvemos todas tus dudas!

La radiofrecuencia facial combate de manera segura y efectiva la flacidez de la piel estimulando el propio colágeno. ¡Se obtienen resultados asombrosos!

Con el tiempo, la red de fibras de colágeno natural y elastina que le da a la piel su forma y elasticidad se desgasta. Este proceso puede acelerarse por el daño solar, la exposición a toxinas ambientales como humo y polvo y otros factores incluidos en el proceso de fotoenvejecimiento. Además a determinada edad, la piel deja de producir la misma cantidad-calidad de colágeno y elastina, es por ello que la piel pierde su tono y firmeza.

¿Qué podemos hacer al respecto?

La radiofrecuencia facial es una técnica que combate de manera efectiva la flacidez. Consiste en aplicar energía de radiofrecuencia para calentar las capas internas de la piel. Al aplicar energía en forma de calor a una temperatura promedio de 40 grados se realiza una contracción de las redes de colágeno y elastina de nuestra piel, obteniendo resultados inmediatos y de larga duración.

¡Eso no es todo!

Un beneficio adicional de la radiofrecuencia facial es que estimula que nuestro cuerpo regenere las redes fibrosas, haciendo que sintetice más colágeno y elastina.

 

Además de contribuir a eliminar la flacidez y reducir las arrugas, el tratamiento con radiofrecuencia facial es una alternativa muy eficaz para lograr una apariencia joven y descansada.

Pero, ¿se trata de un tratamiento seguro?

La radiofrecuencia facial es una forma segura y clínicamente probada de reafirmar y darle contorno a la piel, logrando mejoras en el tono, el contorno y la textura de forma natural a través de la estimulación de su propio colágeno.

Se la conoce como lifting sin cirugía, ya que se trata de un tratamiento no invasivo y no requiere de anestesia. Se puede aplicar en cualquier sector del cuerpo, especialmente en la cara, cuello, abdomen, muslos y glúteos y es compatible con todos los tipos de piel. Después de una sesión con radiofrecuencia facial el paciente puede continuar con su vida normal, ya que no produce dolor, ni inflamación y no está contraindicado tomar sol con la protección adecuada. Al terminar el tratamiento con radiofrecuencia facial se presenta un ligero enrojecimiento o eritema que desaparece al poco tiempo.

 

La radiofrecuencia facial está indicada para el tratamiento de:

  • Arrugas y líneas de expresión
  • Papada, mejillas, bolsas y ojeras
  • Envejecimiento de la piel
  • Flacidez y falta de tono en cara y cuello

La radiofrecuencia facial se utiliza en pacientes con leve a moderada flacidez de los tejidos faciales, por lo general en personas de entre treinta y cincuenta y cinco años, para mejorar el contorno facial, combatir la flacidez, reafirmar la piel de los párpados y mejorar las bolsas y ojeras. Estos pacientes obtienen los mejores resultados y, a su vez, los resultados más predecibles tras la aplicación de la radiofrecuencia facial. Si la flacidez de la piel es excesiva, puede pasar que los resultados no sean tan drásticos.

¿Cómo funciona?

Para entender cómo funciona la radiofrecuencia facial, es útil saber un poco acerca de cómo funciona tu piel. La piel del rostro se compone de tres capas distintas: una capa visible externa en la superficie llamada epidermis, una capa intermedia rica en colágeno ubicada bajo la superficie llamada dermis y una capa interna debajo de la dermis llamada capa subcutánea, también conocida como tejido celular subcutáneo, formado por una capa de grasa que tiene una red de fibras de colágeno.

Cuando el colágeno de estas tres capas se daña por efecto de la sobreexposición solar, como resultado de la herencia familiar o simplemente debido al proceso natural de envejecimiento, tu rostro comienza a perder tono y a mostrar flacidez. Lógicamente los tratamientos que sólo trabajan en la superficie no pueden hacer nada para restaurar el colágeno en las capas internas de la piel.

 

Los dispositivos de radiofrecuencia utilizan ondas electromagnéticas comprendida en un rango de frecuencia de 3 a 300 GHz. Estas ondas crean un campo eléctrico que atrae a los dipolos de agua de las moléculas de nuestro cuerpo, primero en un sentido y luego en el otro. La frecuencia determina la velocidad en la que varía dicha atracción y, por tanto, a mayor frecuencia, más rápido se reorientarán los dipolos en distinto sentido.

Este movimiento de las moléculas produce fricción en los tejidos y dicha fricción se traduce en calor. Podemos decir, por tanto, que la radiofrecuencia facial produce calor en profundidad y permite alcanzar las capas más internas de la piel, como la dermis. El calentamiento de la dermis modifica las propiedades originales de las fibras de colágeno. Éstas se contraen en respuesta al calor y esto es lo que produce una mejora inmediata de nuestra piel. El calor también hace que se regeneren las fibras de colágeno de nuestra piel a largo plazo, lo que permitirá una mejoría aún más notable varias semanas después del tratamiento.

Aunque existen diferentes dispositivos y los resultados pueden ser variables, con la mayoría de dispositivos de radiofrecuencia facial es posible ver alguna mejora en la firmeza de la piel en las personas que se han sometido al tratamiento.

¿Cómo se aplica?

El tratamiento con radiofrecuencia facial se realiza haciendo deslizar un cabezal sobre la zona a tratar para conducir la energía hasta las zonas más profundas de la piel, logrando la estimulación del colágeno, favoreciendo el efecto tensor y corrigiendo la flacidez.

La radiofrecuencia facial es una técnica no invasiva e indolora. Se notará una sensación de calor, al ser el tratamiento realizado en torno a los 40-42 ºC de temperatura superficial de la piel. Esta sensación de calor profundo es síntoma de que el colágeno está siendo estimulado y reafirmado.

 

Después de aplicar la radiofrecuencia facial el paciente puede continuar con su vida normal ya que no produce dolor, ni inflamación. Tampoco está contraindicada la exposición al sol tras el tratamiento, siempre que se recurra a la protección correspondiente. Una sesión de radiofrecuencia facial tiene una duración aproximada de entre 60 y 90 minutos. Una vez finalizada, puede haber un ligero enrojecimiento o eritema en la zona tratada que dura poco tiempo.

El resultado es la producción de gran cantidad de colágeno y elastina nuevos que forman nuevas fibras que sustituyen a las envejecidas y se consiguen unos tejidos más firmes y elásticos. Si deseas evitar las complicaciones asociadas con la cirugía de estiramiento, la radiofrecuencia facial es tu opción.